El lunes experimenté un nuevo método de relajación. Tan simple y eficaz que parece mentira.
Se trata de un método de masaje que se llama Trager, no es sólo un masaje, sino una herramienta para experimentar y desarrollar.
La sesión consta de dos partes, una de trabajo en camilla y otra que consiste en una serie de ejercicios muy sencillos llamados Mentastics.
Al empezar, yo estaba de pie y Raúl se colocó detrás y me pasó la mano por la espalda, desde la cabeza y a lo largo de la columna, un par de veces. Simple verdad?, pues solamente ese contacto suave me alivió de un peso invisible. Según él, de esa manera le hacía entender a mi cerebro que no pasa nada, que todo está bien, y oye, lo entendió a la primera!.
Entonces, empieza el juego.
Los Mentastics hicieron que fuera consciente de mi cuerpo, ya sabes cosas como dónde duele, cómo no duele, noté que iba relajándose, desentumeciéndose. Entre cada ejercicio nos parábamos para que me diera cuenta de la diferencia entre el antes y el ahora y que mi cerebro fuera identificando cómo es sentirme bien.
La parte de la camilla es igual de sorprendente. Me sentí como imagino que debió de sentirse la Mujer Esqueleto mientras el pescador desliaba sus huesos. Cada parte de mi fué mecida con suavidad, me atrevo a decir que con ternura, y mis músculos se fueron desenredando. Sentí cómo mis piernas crecían ( hasta el punto de mirar para comprobar si era cierto jajaja), sentí cómo mis hombros se relajaban, y el colmo ya es que mi mente también se fué calmando. Es una sensación rara, agradable, sorprendente, divertida....si tenéis la oportunidad probadla!
Se trata de Sentir. Sentir nuestro cuerpo, permitirle ser flexible, ligero, fluido. Luego, reconocer esa sensación y enseñársela a nuestro cerebro y de no abandonarla nunca, o al menos, recordar el camino de vuelta. Volví a casa con la maravillosa sensación de flotar.
Ha sido un placer Sr. Trager.
Muchas gracias Raúl por regalarme esa experiencia alucinante.
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