Estoy al final del camino, vacía. Me he ido vaciando en cada paso, en cada lugar, en cada persona con la que intercambié palabras, miradas, o simplemente un gesto. He ido dejando los trastos inútiles para mi, los sentimientos rancios, el rencor, el resentimiento, la rabia, el aburrimiento, la tristeza.., el ruido de mi mente. Me llené poco a poco de silencio, de sol, de lluvia, de sed, de hambre, de caminos difíciles de andar y de satisfacción después de haberlos recorrido. Descubrí la sencillez en el agua de las fuentes que calmaban mi sed, y en el bocata que alguien me dió, un día, que el hambre apretaba. Me fundí con la inmensidad de esos parajes verdes y profundos. Aquí y ahora, acepto, perdono y olvido. Y vuelvo otra vez, a seguir haciendo camino, para continuar vaciándome en cada paso.Y además esta vez dejaré amor, alegría, esperanza. Dorah .
Entre el cielo y la tierra, entre el mar y la montaña, hay un lugar...